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Breve manual de pensamiento crítico

agosto 07, 2008

Comentario a Tolstoi 2

Comentario al ensayo ¿Qué es el arte?, de León Tolstoi 2
Por Francisco Martínez Alas
Una vez ha definido su concepción del arte, en los próximos capítulos hace una crítica a lo que él llama el falso arte. En el capítulo 6: "Falso arte", se refiere a la teoría de Baumgarten de la manera siguiente: "quiere que la bondad, la verdad y la belleza sean tres manifestaciones de un Ser único y perfecto". Y la critica en dos aspectos:

a. Con relación a la bondad: "La bondad es la concepción fundamental que forma la esencia de nuestra conciencia, concepción que la razón no puede definir, pero que sirve para definir todo lo demás; es el fin supremo, eterno, de nuestra vida. La bondad es lo mismo que nosotros llamamos Dios. … Pero la belleza, si queremos hablar de lo que entendemos, la belleza es sólo lo que nos gusta, y por consecuencia, la noción de la belleza, no sólo no coincide con la de bondad, sino que antes difiere de ella, pues la bondad coincide a menudo con una victoria sobre nuestras pasiones, mientras que la belleza está en la raíz de todas ellas". (QEA, cap. 6)

b. Con relación a la verdad: "En cuanto a lo que llamamos la verdad, es sencillamente la concordancia de la definición de un objeto, o de su explicación, ya con la realidad, ya con una concepción de este objeto, común a todas las inteligencias; y, por consiguiente, puede decirse que la verdad es uno de los medios de producir la bondad; pero lejos de confundirse con la belleza no coincide a menudo con ella". Y agrega: " Con la belleza, por otra parte, no tiene la verdad la menor relación, y muy a menudo está en contradicción con ella, pues la verdad produce generalmente la decepción y destruye la ilusión, que es una de las condiciones principales de la belleza". (QEA, cap. 6)

En el capítulo 7 "El arte de los escogidos" (es decir, el de las clases superiores de su tiempo), se refiere a las limitaciones de acceso al arte verdadero en la sociedad europea y cristiana de los tiempos modernos:
"La consecuencia de esta falta de arte verdadero se ha patentizado por la corrupción de las clases que padecen esa falta. Todas las teorías confusas e incomprensibles sobre las obras de arte, y en particular la persistencia con que nuestro arte se enloda y atasca en el camino; todo esto es consecuencia de esta afirmación tan repetida, a pesar de lo absurda que es: que el arte de nuestras clases superiores es el arte entero, el verdadero, el universal, el único. Aseguramos que el arte que poseemos es él solo, arte reaI. Y sin embargo, los dos tercios de la raza humana viven y mueren sin tener noticia siquiera de este arte único y supremo". (QEA, cap. 7)

Al final del capítulo, introduce la reflexión acerca de la perversión del arte, afirmando que:
"Aquel que reflexiona sinceramente, ve que el arte de las clases superiores no podrá ser nunca el arte de una nación entera. Sin embargo, si el arte es una cosa importante, si tiene la importancia que se le atribuye, si es tan importante como la religión, debe ser en tal caso accesible a todos. Y como el arte actual no lo es, se deduce de ahí que, o no tiene la importancia que se le atribuye, o se llama arte a lo que no lo es". (QEA, cap. 7)

Continua su reflexión haciendo ver las consecuencias de la perversión del arte en los tres capítulos siguientes. En el capítulo 8: "Consecuencias de la perversión del arte: empobrecimiento del campo artístico", enumera tres resultados negativos al arte, ya que se tiene "un arte que sólo tiende a producir mayor suma de placeres a una clase determinada de la sociedad. De todo el inmenso dominio del arte, sólo ha sido cultivada la parte que produce placer a dicha clase" (QEA, cap. 8):

a. Poca variedad en los temas, debido a:
- Sólo el placer como objeto: "Como primer resultado, ha hecho que el arte, tomando por objeto el placer, se haya privado de asuntos infinitamente variados que podrían darle las concepciones religiosas de la vida".
- No transmite nuevos sentimientos: "El mérito de los asuntos, en toda obra de arte, depende de su novedad. Una obra de arte no vale nada si no trasmite a la humanidad nuevos sentimientos. Así como en el orden de los pensamientos, no tiene valor aquel que no es nuevo y se limita a repetir lo que ya se sabe; así una obra de arte no tiene valor sino cuando lleva al torrente de la vida humana un sentimiento nuevo, grande o pequeño. El arte se privó del manantial que podían producir esos sentimientos nuevos el día en que empezó a estimar los sentimientos, no por la concepción religiosa que expresaban, sino por el grado de placer que producían.
- El arte dejó de ser popular: "Este empobrecimiento de las fuentes de inspiración artística se ha acentuado porque al dejar de ser religioso cesó también de ser popular el arte, restringiendo así la serie de sentimientos que podía transmitir. La serie de sentimientos experimentados por los poderosos y los ricos que no tienen siquiera noción del papel que desempeña el trabajo de la vida, es mucho más pobre, limitada e insignificante que la serie de sentimientos naturales del hombre que trabaja". (QEA, cap. 8)

Y termina resumiento los sentimientos de las clases ricas: "1º, el sentimiento de la variedad, al que se unen la ambición y el desprecio de los demás; 2º, el sentimiento del deseo sexual. que se manifiesta en formas diversas, desde la galantería divinizada por los poetas hasta la sensualidad más grosera e innoble; 3º, el sentimiento de asco hacia la vida. Estos tres sentimientos, con sus derivados, forman casi la única materia de arte de las clases ricas". (QEA, cap. 8)

b. Se ha convertido en afectado y oscuro (lo cual trata en el capítulo 9: "Consecuencias de la perversión en el arte: se busca la obscuridad"), porque:
- El arte cada vez menos comprensible: "El hecho de que, acostumbrado a un arte, resulte yo incapaz de comprender otro, no me da derecho para afirmar que el que yo admiro es el único verdadero, y que el que yo no comprendo es un arte falso y malo. La única conclusión que puedo sacar de este hecho es que el arte es cada vez menos accesible, y que, en su marcha gradual hacia la incomprensibilidad, rebasa el punto en que yo me encuentro". (QEA, cap. 9)
- El arte es cada vez menos accesible: "Desde el día en que el arte de las clases superiores se separó del arte del pueblo, cupo afirmar que el arte, sin dejar de serIo, podía, sin embargo, estar fuera del alcance de las masas. Y desde que se admitió este principio podía preverse que llegaría un momento en que el arte no sería accesible sino a corto número de elegidos, y acabaría por no serlo nada más que a dos o tres personas, o quizá, a una sola, el artista que lo produciría". (QEA, cap. 9)

Para Tolstoi, el hecho de que una obra de arte (aunque sea arte verdadero), sea inaccesible para la mayoría, es un absurdo y expresa falsedad:
"Decir que es buena una obra de arte y que sin embargo no la comprenden la mayoría de los hombres, es como si se dijera que un alimento es bueno, pero que no deben comerlo sino algunos hombres. La mayoría puede no gustar del queso podrido y de la caza manida, platos que gustan a los hombres de paladar estragado; pero el pan y las frutas sólo son buenos cuando gustan a la mayoría de los hombres. Lo mismo ocurre con el arte. El arte pervertido puede no gustar a la mayoría de los hombres, pero el buen arte debe gustar forzosamente a todo el mundo". (QEA, cap. 9)

Además de los factores ya mencionados (accesibilidad y comprensibilidad), Tolstoi resalta otros aspectos:
- La facultad de conmover: Lo que distingue al arte de las demás formas de actividad mental, es que su lenguaje lo comprenden todos, y que todos pueden sentirse por él conmovidos. […] Si un arte no alcanza a conmover a los hombres, no es porque esos hombres carezcan de gusto e inteligencia; es porque el arte es malo o no es arte en absoluto.
- Desvela lo que no se puede expresar intelectualmente: El arte difiere de las otras formas de la actividad mental, en que puede obrar sobre los hombres sin tener para nada en cuenta su estado de desarrollo y de educación. El objeto del arte es hacer comprender cosas que en forma de un argumento intelectual no serían asequibles. El hombre que recibe una verdadera impresión artística siente que ya conocía lo que el arte revela, pero que no podrá expresarlo ... Tal ha sido la naturaleza del arte bueno y verdadero en todos los tiempos.
Concluyendo con esta afirmación: "Si el arte de nuestro tiempo es incomprensible para las masas, no es porque sea arte bueno, síno porque es arte malo, o porque nada tiene de arte". (QEA, cap. 9)

c. El arte ha dejado de ser espontáneo y sincero para convertirse en artificioso y falso. Este asunto es desarrollado en el capítulo 10: "Consecuencias de la perversión del arte: falsificación del arte".
Primero distingue entre arte universal y arte profesional (desdeñando al segundo):
- "El arte universal surge solamente cuando un hombre, habiendo experimentado una emoción viva, siente la necesidad de transmitirla a otros hombres".
- "El arte profesional de las clases superiores no dimana de un impulso intimo del artista; nace porque en las clases superiores de la sociedad se pide alguna diversión que pagan muy cara. No piden al arte otra cosa que sensaciones de placer, y, esto es lo que el arte procura conseguir". (QEA, cap. 10)

En el caso de los artistas profesionales, dice que "los artistas están obligados a inventar métodos especiales para producir imitaciones, falsificaciones de arte, a fin de satisfacer las exigencias de las clases sociales que les dan trabajo" (QEA, cap. 10); y que esto lo logran con cuatro métodos. Los métodos a los que se refiere son cuatro: 1º las imitaciones; 2º los adornos, 3º los efectos de asombro, y 4º la excitación de la curiosidad; y los explica de este modo:
- Imitaciones: "El primer método consiste en tomar prestados de las obras de arte anteriores, bien asuntos completos, bien detalles, y arreglarlos de nuevo a fin de que parezcan una novedad. Las producciones de esta especie, evocando en el alma algunas clases sociales, el recuerdo de sentimientos artísticos ya experimentados, causan una impresión parecida a la del arte, y por poco que estén conformes con otras condiciones importantes, pueden pasar por arte a los ojos de los que en el arte sólo buscan placer". (QEA, cap. 10)
- Los adornos: "Otro método para dar a las obras de arte que no lo son una apariencia de arte, es lo que me permitiré llamar ornamento. El objeto de este método es producir a los sentidos del lector, espectador u oyente, las impresiones más agradables, de modo que tome por arte lo que no lo es. […] El ornato artístico, que tanto alaban nuestros tratadistas de estética con el nombre de belleza, tampoco puede servir para dar la norma de la calidad de una obra artística. El carácter esencial del arte consiste en transmitír a otros hombres las emociones experimentadas por el artista; y la emoción artística no sólo no coincide siempre, con la belleza, sino que a veces es contraria a ella". (QEA, cap. 10)
- Los efectos de asombro: "El tercer método consiste en obrar de un modo a veces físico sobre nuestra sensibilidad. Se dice entonces que las obras son efectistas. Los efectos que producen están casi únicamente en los contrastes; juntan lo terrible y lo tierno, lo asqueroso y lo bello, lo suave y lo fuerte, lo claro y lo sombrío, lo vulgar y lo extraordinario. […] Nada tiene de común tampoco con el arte verdadero, pues el efecto, ya sea de novedad o de contraste, o de horror, no será nunca la expresión de un sentimiento; sólo producirá una acción sobre nuestros nervios". (QEA, cap. 10)
- La excitación de la curiosidad: "El último método consiste en provocar la curiosidad, de modo que absorba la inteligencia y le impida sentir la falta de arte verdadero. Antes se provocaba la curiosidad complicando las intrigas, y hoy este procedimiento se ha cambiado por el de la autenticidad, es decir, por la pintura detallada de un período histórico o de una rama de la vida contemporánea. […] El cuarto metodo, el de la curiosidad, se confunde frecuentemente con el arte. ¿Cuántas veces no oímos decir que un poema, una novela, un cuadro, y hasta una obra musical son interesantes? Decir que una obra de arte es interesante, equivale o a decir que nos enseña algo nuevo o que adivinamos sólo poco a poco su sentido y que nos divierte entregarnos a tal adivinación. Ni en uno ni en otro caso tiene nada que ver el interés con la impresión artística". (QEA, cap. 10)

Lo que sigue a continuación es un largo párrafo que se ocupa de las condiciones que debe reunir el artista y de una crítica del talento sin más:
- El artista verdadero: "Muchas condiciones debe reunir un hombre para poder producir una verdadera obra de arte. Este hombre debe hallarse al nivel de las más altas concepciones religiosas de su tiempo; debe experimentar sentimientos y tener el deseo y la capacidad de transmitirlos a otros; debe tener, por fin, para una de las diversas formas del arte, esa capacidad especial que se llama talento. Es muy raro que un hombre reúna tales condiciones". (QEA, cap. 10)
- Crítica del talento sin más: "Pero para producir sin cesar esas falsificaciones de arte, que hoy pasan por arte verdadero, que hoy pagan tan bien, sólo hay que tener talento, cosa corriente y sin valor ninguno. Entiendo por talento la habilidad: en literatura, la habilidad que sirve para expresar fácilmente los pensamientos y sensaciones, para notar y recordar los detalles típicos; en pintura, para discernir y recordar las líneas, formas y colores; en música, para distinguir los intervalos; comprender y recordar la sucesión de sonidos. Basta que un hombre tenga hoy día ese talento, y que sepa elegir una especialidad, para que, con el auxilio de los métodos de falsificación de que di cuenta, pueda fabricar indefinidamente obras destinadas a satisfacer la necesidad de nuestras clases superiores. En todas las ramas del arte existen reglas y recetas precisas que permiten engendrar obras de tal especie sin experimentar ningún sentimiento. Así el
hombre de talento que sepa las reglas de su oficio puede producir en frío obras que pasarán por artísticas." (QEA, cap. 10)

Continua su crítica al arte profesional en el capítulo 11: "El arte profesional, la crítica, la enseñanza artística: su influencia en la falsificación del arte"(2), refiriéndose a estos tres factores:
- La remuneración del arte: "Como esas clases comenzaron a remunerar su pretendido arte, más aún que otra cualquiera actividad social, un gran número de hombres se empleó en este género de actividad, y el arte tomó un carácter nuevo y se convirtió en profesión. […] Y tan pronto como ocurrió esto, la principal y más preciosa cualidad del arte, la sinceridad, debilitóse en grado sumo, condenada de antemano a una pronta desaparición. El arte, el arte verdadero fue substituído por la falsificación del arte. […] El artista de profesión, en efecto, está obligado a vivir de su arte, y esto le fuerza a inventar indefinidamente para sus obras innumerables motivos". (QEA, cap. 11)
- La crítica de arte: "La segunda causa es el nacimiento, aún muy reciente, y el desenvolvimiento de la crítica, es decir, de la valuación del arte, no para todo el mundo, no en modo alguno para los hombres sencillos y sinceros, sino para los eruditos, seres de inteligencia pervertida, y repletos al mismo tiempo de confianza en sí mismos. […] Si una obra de arte es buena, el sentimiento moral o inmoral, expresado por el artista, se transmite de él a los demás hombres. Si se transmite a ellos y ellos lo sienten, todas las explicaciones son superfluas. Si no se transmite, ninguna explicación será bastante a remediarlo. La obra del artista no puede ser explicada. Si el artista hubiera podido explicar con palabras lo que desea transmitirnos, con palabras habríase expresado. Si se valió del conducto del arte para expresarse, es sin duda, porque las emociones no podían sernos transmitidas por medio de otro conducto". (QEA, cap. 11)
- La enseñanza artística: "El arte es la transmisión a otros hombres de un sentimiento experimentado por el artista. ¿Cómo, pues, puede ser enseñado esto en las escuelas? […] No hay escuela alguna que pueda excitar en un hombre el sentimiento, y menos aún que pueda enseñarle cómo podrá expresar ese sentimiento de la manera especial que le es peculiar. ¡Y, sin embargo, es en ambas cosas donde reside la esencia del arte! […] Todo lo que en las escuelas pueden enseñar es el medio de expresar los sentimientos experimentados por otros artistas, de la manera que esos otros artistas los han expresado. Y esto es precisamente lo que enseñan las escuelas profesionales; y sus enseñanzas, lejos de contribuir a extender el arte verdadero, contribuyen a extender las falsificaciones del arte, haciendo así más que los otros factores por destruir en los hombres la comprensión artística". (QEA, cap. 11)

Los siguientes tres capítulos ofrecen criterios para distinguir el arte verdadero del falso. En el capítulo 13: "Dificultad de distinguir el arte verdadero de su falsificación" está dedicado a hacer notar el parecido que tiene el arte verdadero del falso: "lo que la mayor parte de nuestra sociedad mira como arte, como arte bueno, como el colmo del arte, lejos de ser eso, no es otra cosa que una falsificación del arte verdadero" (QEA, cap. 13), y caen en ese error por lo siguiente:

- La falsificación produce más efecto: "…la dificultad de distinguir las obras de arte verdadero está en nuestros días acrecéntada por el hecho de que la calidad exterior del trabajo en las obras falsas, no sólo no es peor, sino que frecuentemente es mejor que en las verdaderas; pues la falsificación produce más efecto que el arte verdadero y sus asuntos son siempre más interesantes. ¿Cómo, pues, distinguir el arte verdadero del falso? ¡Cómo distinguir entre un millón de obras de similar, una cuya forma externa no se diferencia de las otras? (QEA, cap. 13)
- Sin embargo, algunos distinguen un sentimiento de otro: Y así, por extraño que esto pueda parecer, afirmo que entre los hombres de nuestra sociedad, de los cuales algunos componen versos, novelas, óperas y sinfonías, pintan cuadros y esculpen estatuas, y discuten y condenan, y exaltan mutuamente sus producciones, afirmo que; entre todos esos hombres, hay apenas un centenar que conocen el sentimiento producido por una obra de arte, y distinguen ese sentimiento de las diferentes formas de diversión y de excitación nerviosa que pasan, en nuestros días, por obras de arte. (QEA, cap. 13)
Entonces, en el capítulo 14: "El contagio artístico, criterio del arte verdadero" establece que es el "contagio artístico" el factor diferenciador, y lo describe como:
- El contagio artístico y su acción: "Un signo cierto e infalible para distinguir el arte verdadero de sus falsificaciones: es lo que llamaré contagio artístico. Si un hombre, sin esfuerzo alguno de su parte, recibe, en presencia de la obra de otro hombre, una emoción que le une a él, y otros han recibido al mismo tiempo igual impresión, es que la obra, en presencia de la cual se encuentra, es una obra de arte. Y una obra que puede ser bella, poética, rica en efectos e interesante, no es obra de arte si no despierta en nosotros aquella emoción particular, la alegría de sentirnos en comunión artística con el autor y con los hombres en compañía de quienes leemos, vemos o escuchamos la obra en cuestión" (QEA, cap. 14).
- Pero no todos lo perciben: "Sin duda, éste es un signo por completo interno, y sin duda las personas que jamás han experimentado la impresión producida por una obra de arte, pueden imaginarse que el entretenimiento y la excitación nerviosa que provocan las falsificaciones constituyen impresiones artísticas. […] Fuera de ellas, para todo hombre de gusto no pervertido o atrofiado, el signo que dejo dicho conserva todo su valor, permitiéndole distinguir claramente la impresión artística de todas las demás". (QEA, cap. 14)

Además, el contagio artístico crea un nexo de comunicación y unión entre el artista y el observador:
"La particularidad principal de esta impresión consiste en esto: en que el hombre que la recibe, encuéntrase, por decirlo así, confundido con el artista. Le parece que los sentimientos que le transmiten no provienen de otra persona, sino de si mismo, y que cuanto el artista expresa, él mismo pensaba, hacia tiempo, expresarlo. La obra de arte verdadero suprime la distinción entre el hombre a quien se dirige y el artista, como asimismo entre aquel hombre y todos los demás a quien se dirige la obra. Y en esta supresión de toda separación entre los hombres, en esta unión entre el público y el artista, consiste la principal virtud del arte". (QEA, cap. 14)

Ahora bien, ese contagio -en tanto que única medida de excelencia del arte- tiene diversos grados, pues "Cuanto más fuerte es el contagio, tanto más verdadero es el arte, como tal arte, independientemente de su contenido, es decir, del valor de los sentimientos que nos transmite". (QEA, cap. 14). Luego establece las tres condiciones de que depende el contagio artístico:
- Singularidad: "1° de la mayor o menor singularidad, originalidad, novedad de los sentimientos expresados: Cuanto más singulares y nuevos son los sentimientos, más se aferran al individuo a quien se transmiten. Este recibe una impresión tanto más viva, en cuanto es más singular y más nuevo el estado de alma a que se encuentra transportado". (QEA, cap. 14).
- Claridad: "2°, de la mayor o menor claridad en la expresión de esos sentimientos: La claridad con que son expresados los sentimientos determina en segundo lugar el contagio, porque, dada nuestra impresión de estar unidos con el autor, es mucho más grande nuestra satisfacción, si se encuentran claramente expresados aquellos sentimientos que, desde hace tiempo, nos parece experimentar y que acabamos de expresar felizmente". (QEA, cap. 14).
- Sinceridad: "3°, de la sinceridad del artista, o de la intensidad mayor o menor con que experimenta él mismo los sentimientos que expresa. Pero, sobre todo, el grado del contagio artístico se determina por el grado de sinceridad del artista. Desde que el espectador, el oyente, el lector, adivinan que el artista está emocionado por su propia obra, se asimilan todos sus sentimientos; y por lo contrario, cuando adivinan que el autor no produce su obra para sí mismo, que no siente lo que expresa nace en ellos un deseo de resistencia, y ni la novedad del sentimiento, ni la claridad de la expresión les lleva a la emoción deseada". (QEA, cap. 14).

Tres condiciones, que Tolstoi las resume de este modo:
"…se reducen a la última, que exige al artista que experimente por cuenta propia, los sentimientos que expresa. Esta condición implica, en efecto, la primera, pues si el artista es sincero expresará el sentimiento tal como lo ha experimentado; y, como cada hombre difiere de los demás, los sentimientos del artista serán tanto más nuevos para los demás hombres, cuanto más profundamente los haya él experimentado. Y, de la misma manera, cuanto más sincero es el artista, con mayor claridad expresará el sentimiento nacido en su corazón. […] La sinceridad es también la condición esencial del arte. Esta condición está siempre presente en el arte popular, y falta casi siempre en el arte de las clases superiores, en el que el artista tiene siempre en cuenta las circunstancias de provecho, de conveniencia o de amor propio profesional" (QEA, cap. 14).
Estas distinciones lo llevan a otra cuestión: la de distinguir el contenido bueno del malo en el arte. De ello trata el capítulo 15: "El arte bueno y el malo".

Expresa, en primer lugar lo que para él es el papel del arte en la sociedad:
"El arte es, como la palabra, uno de los instrumentos de unión entre los hombres, y, por consiguiente, de progreso, es decir, la marcha progresiva de la humanidad hacia la dicha. […]Los sentimientos inferiores, menos buenos o menos útiles para la dicha del hombre, son substituídos sin cesar por mejores sentimientos, más útiles para aquella dicha. Tal es el destino del arte. Y, por consiguiente, el arte, en cuanto a su contenido, es mejor cuando mejor cumple aquel destino, y es menos bueno, cuando lo cumple menos bien". (QEA, cap. 15)
[continua en 3]

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