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Breve manual de pensamiento crítico

julio 20, 2009

Cultura, filosofía de la cultura e interculturalidad 2

Cultura, filosofía de la cultura e interculturalidad 2
Una reflexión acompañada del pensamiento de Raúl Fornet Betancourt
Por Francisco Martínez Alas. (2007)

3. Filosofía de la cultura
La filosofía de la cultura no pregunta sobre cómo se hace la cultura, lo cual ha sido la tarea de la antropología cultural, sino que quiere ser una reflexión que responda a la exigencia del hombre de conocerse a si mismo, y por ello pregunta, dentro del discurso filosófico, ¿porqué el ser humano produce cultura y al mismo tiempo reflexiona sobre ello?. Así, la filosofía de la cultura "tiende a definir la cultura como fenómeno humano, descubriendo el origen y el sentido último, en orden al destino del hombre", al mismo tiempo que permite distinguir entre la persona y el sujeto cultural, en tanto que sujeto activo que produce formas culturales. Otro punto de vista aporta Sobrevilla cuando define la filosofía de la cultura como "la reflexión filosófica sobre los elementos y dinámica de los fenómenos culturales, la fundamentación de los conceptos extraídos de los mismos y la evaluación y crítica de dichos fenómenos desde una perspectiva filosófica" (8). Considero importante mencionar dos de esos fenómenos: el cambio cultural y la interacción entre culturas.

Los procesos culturales comprenden todos los procedimientos por medio de los cuales los seres humanos transforman el mundo en algo que cobra sentido y significado, tanto para el grupo como para cada uno de los individuos que lo conforman. Esto incluye todas las reglas generales y normas específicas, la información y el conocimiento representado y diseminado, intercambiado, apropiado, alterado y recreado en los procesos de comunicación y el diálogo intersubjetivo. Los procesos culturales están conectados con las relaciones sociales y las estructuras de poder, de manera que, a veces pueden crear y mantener mecanismos de inequidad. Este texto ilustra el modo en que los procesos culturales adquieren sentido para las personas:

"Toda cultura implica una red de signos en interacción que permite contextualizar su producción, explicando lo que sucede y pautando lo que puede suceder. El hecho de que un grupo de personas forme parte de una misma cultura implica que tienen en común un mismo sistema de significación. El carácter normativo e interpretativo de este sistema de significación pauta la producción cultural y pauta los modos de interpretar esos productos culturales. De esta forma, la cultura le da sentido a una realidad que se presenta como caótica. Los procesos culturales hacen referencia a la dinámica de producción e interpretación desarrollada en este contexto, y a cómo esa dinámica altera el propio contexto, es decir la propia cultura. Por un lado, los procesos culturales explicarán los mecanismos por los cuales una determinada construcción adquiere sentido para esa cultura. Y por el otro, como esa producción cultural modifica la propia cultura" (9).

Dado que las "culturas" no son estáticas, como resultado de esos procesos mencionados se producen cambios culturales. Todos los cambios culturales son complejos, y pueden ser aceptados por la mayoría o también producir movimientos de resistencia. Al analizar qué es lo que cambia, cómo y porqué, influirá mucho el punto de vista disciplinar que se tome como herramienta de trabajo y comprensión. De ello dice Fornet-Betancourt:

"Cuando hablamos de diferencias culturales, estamos hablando de procesos culturales. Procesos culturales que han sido sin embargo normativizados o estandarizados en patrones de conducta, de práctica, etc. O sea que hablamos de culturas estabilizadas en un momento determinado de su desarrollo, y a eso podemos llamar "tradición" (tradición española, tradición occidental, tradición asiática, indígena, etc.), en el sentido de lo que se impone o resulta dominante la práctica de una cultura" (10).

Las culturas sufren la formación histórica de lo que llamamos procesos culturales en medio de conflictos. A ello se refiere Fornet-Betancourt en esta otra cita:

"Todas las culturas conocen procesos de discernimiento y prácticas de diferenciación interna; procesos y prácticas que son a su vez reflejo de conflictos internos; es decir, expresiones del 'litigio' intracultural entre fuerzas sociales con diferentes intereses de poder, políticos, económi-cos, genéricos, religiosos, etc., que luchan precisamente por fundar tradición en su universo cultural y crear así referencias vinculantes para el ordenamiento del mismo" (11).

Para Fornet-Betancourt también es válido preguntarse por la calidad de una cultura, esto quiere decir que los miembros de una cultura se encuentren en posibilidad de juzgar y discernir acerca de sus tradiciones, y si quieren confirmar sus culturas, transmitirlas o transformarlas con acciones y prácticas innovadoras, o bien evaluar si su cultura está en estado o situación de fortaleza para seguir generando el sentido de la vida de todos los días, es decir, si tienen capacidad de estar a la altura de lo que sus miembros hacen todos los días (12).

Debido precisamente a la asimetría existente entre las diversas culturas, su interacción se da, al menos, en tres modalidades: aculturación, transculturación e inculturación.

La aculturación se entiende como el proceso mediante el cual una cultura es transformada debido a la adopción a gran escala de usos culturales que han venido de otra societad, de modo que a mediano o a largo plazo los nuevos usos reemplazan a los patrones culturales tradicionales. Ello siempre es consecuencia de relaciones históricas directas entre pueblos culturalmente distintos, especialmente si se trata de procesos de conquista y colonización de pueblos y grupos étnicos. Para algunos autores, cuando este fenómeno ocurre a nivel individual, es decir, cuando una persona emigra a otra sociedad y adquiere y se apropia de la cultura local, se da un proceso de transculturación.

Sin embargo, el antropólogo cubano Fernando Ortiz, ha definido la transculturación en términos del período de transmisión de formas culturales de una sociedad a otra. Haciendo énfasis en esa transmisión como agente del cambio cultural y como resultado del contacto entre sociedades difirentes. Esteva-Fabregat lo explica así:
"En este contexto, el concepto de transmisión implica la idea de movimiento cultural, uno por cuyo medio ocurre una dialéctica concreta consistente en el hecho de que una sociedad juega el papel de sujeto receptor de un determinado número de influencias culturales. […] Se trata de un proceso, de una transculturación que tiene lugar porque se produce a la vez que un contacto, que un intercambio, más o menos directo e intensivo, una adaptación concreta, generalmente selectiva, de unas formas de cultura a otras" (13).

Entonces, esa transmisión modifica, corrige los usos culturales y hasta puede transformar a los individuos o grupos de una sociedad.

Pero Fornet-Betancourt hace dos puntualizaciones con respecto a la actual interacción asimétrica entre las culturas:
a) "cuando hablamos de "asimetría entre las culturas", nos referimos a una asimetría que podríamos decir que viene de fuera de las culturas, por cuanto que es el resultado histórico del colonialismo que en buena parte prolongan hoy las grandes empresas multinacionales y los centros financieros con sus estrategias de globalización de los mercados";
b) "la asimetría del mundo globalizado de hoy, la que ofrece el contexto mayor para el "encuentro" entre las culturas. […] Las culturas se "encuentran" en un mundo que, justo por estar social y políticamente estructurado de manera asimétrica, no le puede dar a todas un lugar igual; y que, por consecuencia, las culturas que no son dominantes en ese mundo, se ven condenadas a luchar por su propia supervivencia; una lucha que condiciona naturalmente tanto su relación con sus tradiciones como el intercambio con las otras culturas que se sienten amenazadas por la asimetría de poder en el "orden mundial" (14).

El concepto de inculturación viene del campo de la teología y se refiere al proceso activo en el cual una la cultura que recibe la revelación a través de la evangelización y que la comprende, produce un cambio desde su interior al traducir según su propio modo de ser, de actuar y de comunicarse las formas culturales y religiosas que recibe, por lo que incorpora un proceso de asimilación cultural. Con respecto a su apreciación de la inculturación dice Fornet-Betancourt:

"Empecé a poner en cuestión la categoría de la inculturación y a ver sus límites. Ya que inculturar supone traer un modelo de filosofía, un logos que viene de fuera. Pero lo propio no se inculturiza, lo propio ya es cultura. Ahí es donde encuentro el límite de la filosofía inculturada y aprecio una serie de contradicciones en la dinámica de la inculturación de la filosofía porque lo que quiere decir, en última instancia, es que la filosofía sigue llegando desde fuera en su vertiente lógica, racional, etc." (15)

Para concluir esta parte, cito lo que Fornet-Betancourt dice de la Filosofía de la Cultura, aun cuando está tomando auge recientemente, se queda en un nivel abstracto, y no parte desde una base material e histórica, así que no se debe confundir a la filosofía intercultural con ella:

"Pues la filosofía intercultural, aunque también lo hace, no tiene su eje de desarrollo ni su preocupación central en el análisis de las culturas o en el intento de facilitar una compresión filosófica de las culturas. Su atención se centra más bien en la búsqueda de pistas culturales que permitan la manifestación polifónica de lo que llamamos filosofía desde el multiverso de las culturas".

En la próxima sección voy a presentar el tema de la interculturalidad desde un punto de vista filosófico.

Y en otra parte del mismo artículo recalca la influencia de Marx en su concepción de estos procesos porque le da énfasis a la idea de que los "procesos culturales son procesos materiales" y a la condición de materialidad que la vida posee, evitando así caer en una concepción "culturalista de la cultura" (16).

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